El gobierno española se empeña en nadar contra corriente y mientras que países como la República Checa tienen un plan ambicioso nuclear que le hará convertirse en una auténtica potencia, el gobierno español condena la industria y la clase media española con la fabricación e instalación de más molinos de viento.
Y no es que al gobierno le interesen más los molinos de viento porque son más «ecológicos» sino porque los beneficios para las eléctricas son no ya altos, sino astronómicos. Imagínense, no necesitan materia prima: ni gas, ni carbón, ni uranio, la materia prima es el viento que recogen gratis. Eso cuando hay viento, cuando no hay viento suben la factura de la luz a precios astronómicos «ante la escasez provocada» por su falta. Una escasez que, por otra parte, es muchas veces buscada para seguir engordando las cuentas.
Al gobierno no le interesa la nación, lo mismo que no le interesa a los propietarios de las eléctricas que someten a los españoles a un expolio salvaje con la excusa de lo «verde». Nunca el ecologismo ha sido tan rentable para las grandes empresas nacionales y para sus monigotes los políticos, que después irán a para a sus consejos de administración con sueldos estratosféricos por los buenos servicios prestados. Unas empresas nacionales que son privadas para los beneficios pero públicas para las pérdidas, ya que son consideradas empresas estratégicas y «no pueden dejarse caer».
“El gas natural y la nuclear no pueden ser consideradas tecnologías verdes ni sostenibles en el reglamento de taxonomía, con independencia de la posibilidad de que se puedan seguir acometiendo inversiones en una u otra”. Han explicado fuentes del «Ministerio de Transición Ecológica y Reto Demográfico», vaya nombrecito.
“Independientemente de que puedan seguir acometiéndose inversiones en una u otra, consideramos que no son energías verdes ni sostenibles”. Apunta el ministerio de Teresa Ribera “No tiene sentido y manda señales erróneas para la transición energética del conjunto de la UE”.
También defienden que el gas y la nuclear san consideradas como fuentes de energía “ámbar, intermedia, por su papel en la transición, pero que no sean consideradas verdes, donde están otras energías claves para la descarbonización y sin riesgo ni daño ambiental”.
De esta forma tan sencilla, el gobierno de Pedro Sánchez está condenando a la clase media a la miseria, a un precio de la luz con cifras de escándalo, al empobrecimiento, al desmantelamiento industrial del país y todo, por una ideología verde en donde nos recuerdan que «no tendremos nada y seremos felices».
Fuentes: El País.
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