La inversión en criptomonedas ha experimentado una súbita caída debido al conflicto de Kazjistán. Su cotización ha afectado a todas por igual incluida la reina de las criptomonedas, el bitcoin. La caída del precio generalizado se debe a que Kazajistán es el segundo país del mundo en minería de criptomonedas con un 18% de la producción total mundial. EE UU es ahora mismo el primer país productor de criptomonedas con un 35,4% seguido del país centroasiático, el octavo más grande en territorio a nivel mundial.
Las revueltas por la subida del precio del petróleo han hecho que el país se convierta en un auténtico polvorín. Las protestas han llegado al parlamento que ha sido asaltado e incendiado. En este clima prebélico las autoridades han cortado el Internet en toda la nación para impedir que los grupos rebeldes puedan organizarse. Es por ello que el segundo país del mundo productor de criptos ahora mismo está paralizado. La situación ha derivado a que todas las monedas digitales cayeran en su cotización de forma estrepitosa, incluso la reina, el Bitcoin, ha sentido el batacazo llegando a depreciarse hasta los 41.270 dólares.
La situación en el país es extrema, el presidente kazajo Kassym-Jomart Tokayev ha pedido ayuda a las fuerzas rusas para parar la sublevación, algo que parece estar muy lejos de acabar. Según Kevin Zhang, directivo de la firma de criptodivisas Foundry, ese corte de internet provocó que aproximadamente un 15% de los mineros quedaran sin conexión, porque precisamente esa es la cantidad que realizan esa actividad desde Kazajistán. Como explicaba un minero de bitcoin kazajo en Twitter, «sin internet no hay minería».
Y es que la minería en criptomonedas empujó el país con fuerza y ha sido parte de la responsable del gran colapso que se está produciendo. El organismo que regula el consumo allí, llamado KEGOC, indicó que en los primeros nueve meses de 2021 el consumo creció un 11,8%. Las propias autoridades no querían prohibir la minería de criptomonedas como sí hizo China, pero sí regularlas ante el crecimiento tan rápido, algo para lo que el país no estaba preparado y que podría llevarlo al colapso, como finalmente ha ocurrido.
La inversión en criptomonedas se ha detenido «momentáneamente», ha sido un parón fugaz ante los problemas del segundo país minero del mundo; pero a buen seguro que otro país recogerá el testigo. ¿Estará ese segundo país preparado energéticamente para rellenar el hueco que ha dejado Kazajistán? Si no fuera así, el camino podría llegar a ser el mismo que el de el país centroasiático.
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