La tasa de inflación en España ha repuntado hasta el 6,7%, la más alta en los últimos treinta años. Hace décadas que los españoles no vivían una subida de precios general tan brutal. Muchas generaciones de españoles han crecido en un país estable, por lo menos en cuanto a precios de los productos, todo se ha roto. Para millones de españoles esta situación es inédita y nunca vivida. Los ciudadanos están viendo como día a día los precios de los productos básicos suben encareciendo la vida y dejándonos a todos un poco más pobres todos los días. No en vano, se le ha llegado a denominar a la inflación el impuesto de los pobres. La inflación es un ataque directo a la línea de flotación de la clase media, una clase media cada día más en extinción en España. Y todo apunta que el culpable es la escalada de los precios de la luz y los carburantes.
Según los datos publicados el jueves pasado por el Instituto Nacional de Estadística (INE), la tasa anual de diciembre supone un aumento de 1,2 puntos frente a la de noviembre, que fue del 5,5 %.
Frente a noviembre, los precios de consumo han subido un 1,3 %, el mayor aumento en tasa mensual en 38 años, desde diciembre de 1983, apuntan desde el INE.
«Es un dato bastante preocupante», apunta a Efe el profesor de la Universidad Europea Guillermo Rocafort.
«En Europa están quitando hierro al asunto, pero habría que tener en cuenta comentarios que vienen de la Fed estadounidense que advierten que la inflación puede ir a medio-largo plazo. Son datos para España y para la UE negativos», añade Rocafort.
Las previsiones es que los precios no se suavicen sino que incluso siga con su escalada, todo dependerá de los precios de los suministros. En España se ha renunciado a la energía nuclear que es la más barata y competitiva y es por ello que no se prevé que la situación de precios mejore, al contrario sólo pueden empeorar.
Todo esto se añade a la preocupación del sector industrial que se ve sin fuerzas para hacer que las familias puedan amortiguar esta escalada sin precedentes. El objetivo de inflación del 2% apuntado por el Banco Central Europeo queda a estas altura muy lejos. España se encamina hacia una espiral muy peligrosa de deuda e inflación que hará que la economía se despeñe en un hondo precipicio.
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